[María Magdalena, llena eres de gracia: SAINT MAUD]

 

Centrados en el fanatismo religioso inherente en donde las convicciones propias pueden llevar a algunas personas a cometer actos que resultan inverosímiles se encuentra Morfydd Clark, impávida y retorcida con su narración en primera persona.

Sobria paleta de colores que no deja atrás el hermoso efecto de sombras difuminadas que combina a la perfección con el tergiverse y jugueteo que hace con las creencias el demonio que anida en Katie.  Muy acertada la inclusión de una posesión sin los clichés folclóricos como es presentada regularmente en las historias  sobrenaturales aunque se percibe un coqueteo entre las raíces clásicas con la inserción de un insecto que acompaña a Katie en los momentos íntimos de introspección que tiene en su propia guarida, su hogar y que finalmente revelará las intenciones cuando se hace presente su poder en el altar de la devoción de esta; alguna especie del reino animal siempre es utilizada como simbolismo de una presencia demoníaca

La visión femenina de Rose Glass en la dirección le da un toque muy emotivo a las imágenes más fuertes del usufructo: la relación entre Maud y su huésped interno, que no se extrañan las escenas  caricaturescas que terminan en distorsiones grotescas y cambios físicos de los cuerpos humanos al ser dominados por estas presencias malignas. Una voluptuosa levitación en su lugar, algunas muecas, fuegos artificiales y espasmos nos advierten de “la presencia”.  El terror no es explícito sino sugestivo.

La historia se adentra en el perfil psicológico  —comúnmente ausente en los scripts de posesiones— para entender a Katie; una enfermera auto flagelada, compulsiva, psicótica, arrastrando un pasado atormentado. Ahogando su miserable vida entre culpas y ataduras; desesperada por encajar, carente de amor se aferra a algo en qué creer; obsesiva a ponerle rostro y nombre a una terrorífica misión encomendada por “dios” para erradicar y sepultar el sibaritismo (que advierte como pecaminoso) de una mujer, una bailarina moribunda con un legado artístico importante a la cual  piensa que debe salvar para llegar a la redención y condición de santa y mártir con María Magdalena y William Blake de estandartes.  

Kate es sexual pero lo repudia; su diablo la penetra en todos los sentidos.  Katie, arde por dentro.  Maud por fuera.Saint Maud (2019) dir. Rose Glass.

 


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